Los orígenes de la familia Torres en el Penedès se remontan al siglo XVII. Existe constancia de que en aquellos tiempos sus antepasados ya cultivaban viñedos y comerciaban a pequeña escala con vinos de esta comarca.

Fundada en 1870, la tradición de esta familia ha sido respetada hasta el presente y la empresa ha ido pasando de generación en generación hasta el punto de en la actualidad es presidida por Miguel A. Torres, miembro de la cuarta generación, que coincide en el tiempo con la quinta, que también asume hoy en día labores directivas.

Gracias a las 1.300 personas que forman parte del equipo, Torres es uno de los grupos vinícolas más importantes de España, y su objetivo es estar entre las 10 bodegas de más prestigio y volumen del mundo manteniendo la centenaria tradición de la casa como empresa familiar.

La familia Torres elabora vino en tres países distintos en los dos hemisferios (España, Estados Unidos y Chile) y solo en España tiene bodegas en las D.O Rioja, Penedès, Priorat, Ribera del Duero y Rueda, además de poseer viñedos también en las regiones de Conca de Barberà, Costers del Segre, Jumilla y Toro.

Los viñedos de la familia Torres son de su propiedad y de arrendamiento a largo plazo, y se extienden en España sobre más de 2.000 hectáreas en las que se cultivan variedades de cepas autóctonas e internacionales adaptadas a los diferentes climas y suelos. Aunque se mecanizan los trabajos a fin de reducir costes, se sigue vendimiando a mano muchos viñedos, especialmente aquellos en los que nacen los vinos icono de la familia, un total de 111 hectáreas constituidos por suelos muy específicos y sometidos a rendimientos bajos para incrementar la calidad de los vinos.

Respecto a la filosofía vitícola de Torres, se apuesta por un retorno a la viticultura de los antepasados, es decir, a la viticultura de calidad frente a la moderna de grandes producciones. Se evitan también al máximo los tratamientos químicos, reemplazándolos con alternativas biológicas.

Actualmente el grupo también trabaja en líneas de investigación en diferentes campos como viticultura, enología o medioambiente, invirtiendo un total de 2,5 millones de euros al año en I+D+i (datos de 2012).